De Empleadas a Dueñas de su Destino: La Fórmula del Éxito de Carnes Santa Rita
La historia de las mellizas Melina y Alexandra Caraballo, oriundas de Paysandú, es un testimonio vibrante de que, incluso en los rubros más tradicionales y en contextos económicos difíciles, el esfuerzo, la constancia y la capacitación abren puertas a la oportunidad. Su emprendimiento, Carnes Santa Rita, fue destacado como un ejemplo de equidad de género en el sector agroindustrial durante el seminario de la Expo Rural del Prado 2025.
El Contexto y el Gran Salto.
Melina y Alexandra no venían de una familia dedicada al oficio de carnicería; carecieron de ese «plus» inicial que muchos emprendedores tienen. Sin embargo, en 2014 dieron el primer paso al comenzar a manejar una carnicería modesta que pertenecía al Frigorífico Casa Blanca.
La ambición creció con los años. El deseo de elegir qué comprar y qué vender, y ser 100% independientes, cristalizó en 2022, cuando se animaron a arrancar desde cero. Este paso no fue menor: implicó tomar un préstamo del Banco República, el cual han honrado con tal disciplina que culminarán de pagar este año. Esto marca un éxito rotundo al instalarse como comerciantes.
El nombre de la carnicería, Carnes Santa Rita, es además un emotivo homenaje a su padre, cuyo negocio de transporte lleva el nombre de la misma santa.
Estrategia, Visión y Esfuerzo Constante.
El éxito de Carnes Santa Rita no es casual; es fruto de una estrategia clara y un compromiso innegociable con la calidad.
1. Ubicación Inteligente: Identificaron una zona clave cerca del antiguo complejo industrial Paylana, donde se estaban construyendo nuevos complejos de viviendas, y se instalaron allí.
2. La Carnicería Ideal: A diferencia del lugar sencillo donde trabajaban, no negociaron armar la carnicería de sus sueños, enfocada en la higiene, la salubridad y la limpieza en primera línea. Apostaron por el confort, tanto para sus dos colaboradores como para los clientes y proveedores.
3. Logística: Invirtieron en una cámara grande para garantizar stock en momentos de alta demanda (como la Semana de la Cerveza o las fiestas de fin de año), y diseñaron accesos distintos para proveedores y clientes.
Alexandra y Melina remarcan que, aunque hubo amarguras e incertidumbres, todo valió la pena gracias a la actitud de ser constantes en querer aprender, mejorar, crecer e ir a más.
La Oportunidad a Través de la Capacitación
Un hito clave que marcó «un antes y un después» fue la decisión del Instituto Nacional de Carnes (INAC) de instaurar un curso obligatorio de calificación. Las mellizas no dudaron en anotarse en diciembre de 2021.
Esta formación no solo les permitió ser operarias calificadas en carnicería y descubrir el verdadero potencial de las mujeres en el sector, sino que les dio herramientas cruciales para la eficiencia diaria. Los conocimientos adquiridos les permiten ahora:
• Elegir mejor lo que compran y venden.
• Hablar de igual a igual con el proveedor.
• Asesorar de modo óptimo al cliente.
• Innovar: Pasaron de vender cortes tradicionales (asado, milanesas) a elaborar productos avanzados como pamplonas, pollo arrollado y el ya famoso “chorizo de la casa”.
Las hermanas reconocen y agradecen enfáticamente el apoyo de su familia, del INAC (destacando al experiente carnicero Freddy Romero) y a su proveedor (Abasto Fernando Terzaghi) por asegurar la mejor calidad.
La lección de Melina y Alexandra es clara: con esfuerzo, inversión, visión estratégica y una actitud de constante aprendizaje, la frase que parecía imposible aplica a la perfección: ¡Sí, se puede!.
Fuentes: